El Alzheimer es un deterioro neurológico progresivo que hace que el cerebro sufra cambios microscópicos en su tejido y una pérdida constante de acetilcolina, que es vital para su funcionamiento, con el resultado de la muerte de las neuronas cerebrales. Es la enfermedad del olvido.
Desde la mirada de la biodescodificación, el cerebro envía una respuesta adaptativa y de supervivencia, que es solución biológica frente a dos pérdidas muy fuertes. Una es generalmente la de un hijo. En la primera pérdida, hay un fuerte impacto, pero es posible continuar. En la segunda, el dolor es brutal, es tan desgarrador que el cerebro manda una solución más fuerte para poder soportar ese dolor. El intento de adaptación es letal. Es un alejamiento para no morir de dolor. La enfermedad se constituye en una respuesta adaptativa de supervivencia. Se genera desconexión de la realidad porque no hay recursos emocionales ni físicos que permitan una adaptación eficaz. Si hay desconexión, no hay motivo para el dolor. Debo desconectarme para no morir de dolor. Sobreviene el olvido, no sé quien soy ni a quien perdí.
Esta respuesta en términos biológicos hace que nos olvidemos del sufrimiento. Sin preocupaciones y siendo cuidados por alguien.
Del Alzheimer aprendemos a dejar el conocimiento de lado y comunicarnos con la emoción.
Recordá siempre que no estamos reemplazando ningún tratamiento psicológico o médico que estés realizando.
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