El duelo es un proceso de adaptación personal frente a una pérdida; duele hasta que se pueda admitir y soportar. Es una herida a nivel emocional, a través del tiempo genera una cicatriz para que deje de sangrar.
Cuando amamos, esa energía puesta es la libido. Al perder aquello que amamos, esa energía de amor queda liberada; vuelve de forma transitoria hacia el que padece el duelo y fortalece. Luego viajará hacia un objeto exterior.
El duelo tiene diferentes etapas, las cuales no se dan de forma estricta en todas las personas. Negación, ira, negociación, tristeza y finalmente aceptación.
Cuando no se logra duelar, desaparece el interés en el entorno, es un duelo sin final con una sensación de no merecer vivir. Si se eterniza el duelo, la libido queda anclada en la pérdida.
Las pérdidas son momentos muy difíciles en la vida, nos dejan sin recursos y a veces la pena es tan grande, inmensamente grande, que no sabemos cómo seguir adelante. Sin dudas, sólo el amor puede salvarnos.
Los duelos son pérdida, son esos espacios vacíos que nos dejan aquellas personas, aquellas situaciones, aquellas ilusiones que ya no serán más. Todos tenemos diferentes tiempos, pero recordamos que el duelo se transita en soledad y con dolor. Nos damos todo el tiempo que sea necesario, sin exigirnos. Los caminos de cada alma son únicos.
Si necesitás acompañamiento en tu etapa de duelo, podés hablarme por privado a mis redes, por wpp al 113107 4364 o a mi página.
Nos podemos acompañar en los procesos de dolor, podemos ser red y puente.
Te espero cuando así lo sientas.