Poner límites un una práctica de autocuidado. Los límites no se justifican y no hay necesidad de que los entiendan. No se negocian.
A poner límites se aprende. Al comienzo se hace difícil, ya que el niño o la niña buenos y complacientes en nosotros se aterran por dejar de ser lo que se esperaba de ellos y se manifiestan un montón de emociones que hay que aprender a sostener.
Pero se aprende.
No perdemos amigos de verdad, oportunidades o relaciones reales cuando comenzamos a priorizarnos y poner límites. Perdemos abusadores, manipuladores, narcisistas, demandantes y oportunistas.
Qué pasa cuando mamá no estuvo presente en nuestra infancia?
Mamá es MUY importante en nuestra vida. Haya sucedido lo que haya sucedido. Es nuestro primer contacto con el mundo, nuestro primer aprendizaje sobre el dar y recibir amor.
Qué sucede cuando esa mamá ha estado desconectada, alejada, distante?
Qué sucede cuando su ausencia se ha hecho presente de manera trágica?
Claramente una mamá que se ausenta, es una mamá desbordada, sin herramientas para enfrentar su maternidad, posiblemente víctima de abusos, de carencias emocionales. Probablemente también haya sufrido el desamor de su propia madre.
Una mamá ausente, trae grandes conflictos y profundas heridas que de adultos nos habitan.
De qué manera esas heridas se traducen en la vida adulta? A través de la tristeza permanente, no pudiendo tomar decisiones, siendo inconstantes, teniendo siempre miedo a que nos dejen.
Es necesario mirar y mirarnos, comprenderla y comprendernos. Aceptarla y aceptarnos.
El trabajo con uno mismo, con las propias heridas, nos permite liberar el dolor de un pasado de trauma, para poder ser la mamá que deseamos, con nosotros mismos en primer lugar, para darnos todo ese amor que necesitamos de pequeños.
Si tenés dudas, la invitación es a reflexionar. Podemos poner la mirada en que tus padres hicieron las cosas de la mejor forma que pudieron con las herramientas que tuvieron en ese momento, tal vez así te resulte más fácil. Y si sos madre o padre reflexionar en que tus hijos son como son y no deberías pretender cambiarlos, son perfectos tal como son.
Es interesante pensar, qué podemos hacer hoy para ser mejores hijos, qué podemos hacer hoy para ser mejores padres?
Y si deseas ir más allá, te invito a resignificar tus creencias y memorias limitantes ancestrales y lograr el cambio que estás necesitando.
Recordá siempre que no estamos reemplazando ningún tratamiento psicológico o médico que estés realizando.
Miremos nuestro mundo relacional. Hay repeticiones? Los dramas se dan una y otra vez?
Qué historia nos afirmamos de nosotros mismos?
Te escuchás decir a menudo “las personas siempre me traicionan”, “me siento impotente”, “nunca voy a encontrar alguien que me quiera”, “siempre se aprovechan de mí”?
El conflicto que no sanaste, ese trauma que llevás con vos a todos lados, es el tamiz a través del cual conocés el mundo y todas las relaciones que tenés. Es el que programa la creación de tus realidades. Es el que determina de qué manera te percibís y cómo te tratás a vos mismo.
Cuando este conflicto no es sanado, nos ocurren situaciones similares que lo impulsan, que abren la herida original y estimulan respuestas emocionales, viendo peligro donde no lo hay, abandonos y rechazos que no son tales. Observar la vida con el filtro de nuestras cicatrices hace que todo nos lastime y se sienta distorsionado.
Mirá tu diálogo interno, qué cosas te decís todo el tiempo, qué cosas rumiás a tus oídos. Si siempre te estás contando la misma historia, volvés a esa herida original.
Ponele nombre a lo que te sucede, miralo y si no te representa dejalo ir. Miralo alejarse.
Es muy importante que puedas tomar consciencia de este conflicto, para integrarlo y a partir de entonces, iniciar la búsqueda de su origen.
Recordá siempre que no estamos reemplazando ningún tratamiento psicológico o médico que estés realizando.
La vida de ninguna manera debe convertirse en una lucha. En sostener a personas o cosas, en tratar de que todo vaya siempre bien dependa o no de nosotros. Soltemos, respiremos profundo, sintamos, dejémonos llevar por la vida. Lo único que tenemos es hoy, es nuestro presente. El pasado ya sucedió, el futuro aun no llegó. La única certeza la tenemos entre nuestras manos y se llama PRESENTE. Respirá. Es la mayor conexión con tu AQUÍ y AHORA. La respiración nos conecta con nuestro presente, ya que en el único instante en el que podemos respirar es en el AHORA.
Con el amor que pudo, tu padre te enseñó el mundo con sus creencias limitantes. Ahora vos podés liberarte de ellas.
Nuestro padre es quien nos muestra el mundo, quien nos da la fuerza para tomar su impulso y hacer nuestra propia vida.
Del padre tomamos el impulso para alcanzar nuestros objetivos y personifica la autoridad. Es él quien nos guía para poner límites, hacer realidad nuestros proyectos y orientarnos hacia lo que ambicionamos alcanzar. El padre nos ha mostrado el mundo de la manera en que él lo ve, con sus creencias limitantes y su propia mirada hacia la vida y hoy vos tenés la oportunidad de dar el paso para deshacerte de esas creencias que te imposibilitan prosperar y liberarte de ellas para crear tu historia desde tu propia mirada. Qué creencias limitantes crees que has tomado de tu padre? Te gustara dejarlas atrás, elegir no tomarlas y optar por aquellas que más resuenen con vos?
Juntos podemos resignificar tus creencias y memorias limitantes ancestrales y lograr el cambio.