Es padecida por los varones y heredada únicamente por las mujeres, por lo que es sencillo identificar el lado de la familia que está heredando el padecimiento.
La hemofilia es una enfermedad genética recesiva que no permite la buena coagulación de la sangre. Se relaciona con el cromosoma X y existen tres tipos: la hemofilia A, cuando hay un déficit del factor 8 de coagulación, la hemofilia B, cuando hay un déficit del factor 9 de coagulación, y la hemofilia C, cuando hay un déficit en el factor 11 de coagulación.
El problema primordial es que cualquier hemorragia o sangrado, interno o externo, por muy simple que sea, puede producir que la persona se desangre, porque en ningún momento, se crea la coagulación para detenerlo.
Con la hemofilia se nace. No surge en algún momento de nuestra vida, a menos que hayamos sido programados por nuestro árbol genealógico para ello, ya sea por herencia de un doble o por proyecto sentido.
Como sangre es familia, si el peligro principal que implica este síntoma es desangrarme y morir, buscaré emociones, relacionadas con mi familia, en las que viva con miedo a perder a mi familia y morir, o a perderme de mi familia muriendo. Buscaremos en nuestra vida, en el árbol genealógico y en el proyecto sentido, historias de miedo a morir de un derrame cerebral, desangrado. Pensar también en el temor a ver sangre. Un conflicto adicional es el hecho de cargar historias familiares dolorosas en donde nadie pudo cicatrizar la herida, solucionar el problema o la tragedia y heredamos esa misión o fuimos programado para eso. En ese caso se debe buscar en la historia familiar, todos los conflictos relacionados con heridas familiares.
Es muy importante que puedas tomar consciencia de este conflicto, para integrarlo y a partir de entonces, iniciar la búsqueda de su origen.
Recordá siempre que no estamos reemplazando ningún tratamiento psicológico o médico que estés realizando.
