Qué importante es conocer nuestra propia historia y la historia de quienes nos precedieron. Esta historia familiar, este inconsciente colectivo de nuestro clan, está repleto de relatos de situaciones de dolor, de angustia, de excluidos, de penas. También hay relatos de felicidad y de amores. Todos estos relatos forman parte de nuestra alma. Algunos resuenan con nosotros, nos traen calma, nos ordenan. Otros nos llevan a enfermar de determinada manera, a sentirnos tristes o vacíos sin motivos, a ser leales a quienes conocimos o a quienes no.
Así funciona el gran alma familiar; tratando de incluir a todos, intentando reparar lo que no fue reparado y sanar lo que no pudo ser sanado. Y acá estamos nosotros, aprendiendo a mirar esas historias, para tomarlas o para entregarlas a quien le corresponda.
El orden del amor, el orden de llegada nos ordena en nuestro presente. Te invito a recorrer el camino de las constelaciones familiares, siempre bajo la mirada sistémica y transformadora. Podemos armar tu árbol, tu propio genograma.
Cuando así lo desees y en tu momento, podés comunicarte conmigo.
No te pierdas este camino de ida, que va a cambiar tu vida y tu presente.