Es un trastorno autoinmune en el cual el sistema del cuerpo ataca por error el tejido sano. Afecta piel, articulaciones, riñones, cerebro y otros órganos, dependiendo del tipo.
Es una enfermedad inflamatoria, heterogénea, crónica, recidivante con potencialidad de afectación cutánea que presenta eritema malar o en alas de mariposa, entre otros.
Siempre tendremos en cuenta los órganos afectados, aunque es ocasionado por la combinación de al menos, tres conflictos que aparecen simultáneamente.
Conflicto de desvalorización, afecta huesos y articulaciones.
Conflicto de desarraigo o de sentirse plenamente solo y abandonado, afecta el riñón, provocando una retención de líquido y edema en el cuerpo interpretado como nefritis lúpica.
Conflicto de separación, afecta la piel, dando sus signos y síntomas en la fase de curación, ya que es en esa fase que se produce la edematización de la epidermis.
Empeora con el sol, que simboliza el contacto con el padre. Debemos buscar en el árbol genealógico, historias referidas al órgano afectado: riñones, huesos o músculos. Para descartar que el lupus sea herencia de otro familiar en el árbol. No necesariamente porque el familiar haya padecido lupus, sino porque haya vivido con estas mismas emociones.
Es fundamental tomar consciencia de este conflicto, entenderlo, para integrarlo y a partir de entonces, iniciar la búsqueda de su origen.
Recordá siempre que el abordaje de la biodescodificación es complementario a la medicina y psicología tradicionales. Con esto me refiero a que, si logramos encontrar el origen y comenzar a sanar, seguramente podremos revertirlo más rápidamente y evitar que se vuelva a repetir; pero nunca vamos a estar reemplazando las consultas y herramientas que un profesional adecuado te indique.