Cómo reconocer las heridas que pudimos sufrir de pequeñxs y como se manifiestan en nuestro presente adulto?
Herida de traición: cuando el entorno familiar suele mentir reiteradas veces o realizar promesas que no se cumplen jamás. De adultx, puede suceder que se necesite tener siempre el control para asegurarse la lealtad y la sinceridad de quienes nos rodean.
Herida de vergüenza: cuando hubieron burlas o comentarios hirientes, podrá ser un adultx absolutamente dependiente de otrxs, haciendo cualquier cosa para sentirse útil y admitidx.
Herida de rechazo: cuando ha sido cuestionadx por su cuerpo, sus actitudes, sus formas, sus gustos. De adultx suele requerir aceptación constante.
Herida de abandono: implica cualquier manera de abandono. Desde dejarlx a cargo de alguien hasta faltarle en los momentos importantes o pequeños. Esa falta puede determinar un adultx que necesita mantenerse en alerta y constante vigilancia para protegerse, para no quedarse solx una vez más.
Herida de injusticia: infancias castigadas permanentemente o cuestionadas en sus actitudes sin explicación alguna; puede generar adultxs rígidxs, que no pueden negociar, perfeccionistas y sumamente ordenadxs.
Es muy importante que podamos conectar con ese pequeño o pequeña que hemos sido, para sanar esas heridas y tener una vida plena. Tomarnos amorosamente como niñxs, es amarnos profundamente como adultxs.
Si resuenan con vos estos conceptos y querés iniciar el camino de la #biodescodificación, con herramientas transformadoras como lo son el trabajo #transgeneracional con la construcción de tu propio #genograma y las #constelacionesfamiliares, puedo acompañarte en tu proceso.
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