El cuerpo necesita herramientas, anclajes, hormonas de seguridad, de felicidad.
En las relaciones en las que sentimos dependencia, se genera un exceso de hormonas como la dopamina o el cortisol. En el momento de la reconciliación, después de haber estado enojados, sintiendo incertidumbre y miedo por varios días, aparecen esos minutos de placer. Aparece la dopamina que nos hace creer que somos felices. Esta dopamina favorece la conexión neuronal, las sinapsis. Como nuestro cerebro es conservador, nos hace sentir que necesitamos más dosis y nos terminamos enganchando siempre. Nos dopamos con la relación. Así nuestro cuerpo relaciona felicidad con intensidad. Pero no es real.
Si tenés dudas, podés consultarme siempre.
Y recordá sostener siempre los tratamientos médicos y psicológicos que estés realizando.
Si mis palabras te resuenan y desearías iniciar el proceso transformador de la biodescodificación y las constelaciones familiares te invito a comunicarte conmigo por md en mis redes, a mi página o por wpp al 1131074364.
Es un placer acompañarnos.